La innovación en la planificación de proyectos sociales

En el mundo actual, caracterizado por la rápida evolución y complejidad de las problemáticas sociales, los proyectos sociales juegan un papel importante en la construcción de un futuro más justo y equitativo 

La innovación en la planificación de estos proyectos no solo es necesaria para asegurar que las intervenciones promuevan una transformación social significativa y sostenible. 

La transformación social implica cambios profundos en las estructuras, prácticas y relaciones sociales que perpetúan la desigualdad y la injusticia.  

A diferencia de los enfoques tradicionales que se centran en la asistencia inmediata, la transformación social busca promover la participación activa de las personas afectadas en la toma de decisiones y en la implementación de soluciones. Así, las personas implicadas son protagonistas en la toma de decisiones.  

También se deben identificar y abordar las causas estructurales de los problemas sociales, como la pobreza, la discriminación y la exclusión, en lugar de solo tratar sus manifestaciones superficiales. 

Por último, las intervenciones deben desarrollarse para que generen cambios duraderos y autosostenibles, evitando la dependencia continua de ayuda externa. 

Solución problemas proyectos sociales

Para hablar de planificación, es fundamental comenzar con una definición clara. Para ello, no se nos ocurre mejor opción que recurrir a José María Ander-Egg, una figura destacada en pedagogía y planificación de proyectos sociales. Según Ander-Egg, planificar es “prever y decidir hoy las acciones que se van a realizar mañana para alcanzar unos objetivos determinados.” Esta definición resalta varios aspectos clave: 

  1. Previsión: Implica anticipar futuros escenarios, tanto favorables como desfavorables, y prepararse adecuadamente para afrontarlos. La previsión es fundamental para identificar posibles oportunidades y amenazas, permitiendo diseñar estrategias que optimicen los recursos disponibles y minimicen los riesgos.
  2. Decisión: Destaca la necesidad de tomar decisiones informadas y deliberadas. La planificación no es un proceso pasivo, sino un ejercicio activo de toma de decisiones basado en el análisis de datos y en la evaluación de diferentes alternativas. Esto asegura que las acciones elegidas sean las más adecuadas para alcanzar los objetivos propuestos.
  3. Acciones futuras: La planificación se enfoca en establecer qué acciones se llevarán a cabo en el futuro. Es un proceso que proyecta hacia adelante, diseñando un plan de acción que guíe el camino hacia los objetivos deseados.
  4. Objetivos determinados: Subraya la importancia de tener metas claras y específicas. Los objetivos son el norte que orienta todo el proceso de planificación, proporcionando un marco de referencia para evaluar el progreso y el éxito de las acciones emprendidas.

Pero, centrándonos en el punto clave:

¿Qué debemos de tener en cuenta para realizar una planificación transformadora? 

La planificación transformadora requiere un enfoque metódico y estructurado. Es importante seguir un proceso paso a paso, desde la recopilación de información y el análisis de datos hasta la implementación y evaluación de las acciones planificadas. Esto garantiza que todas las etapas del proyecto estén cuidadosamente consideradas y que se maximice la efectividad de las intervenciones. 

Los objetivos son los que nos guían en la planificación. Los objetivos deben ser claros, específicos, alcanzables, relevantes y limitados en el tiempo (SMART). Establecer objetivos sólidos desde el principio permite enfocar los esfuerzos en áreas prioritarias y medir el éxito del proyecto de manera efectiva. 

Los recursos, ya sean financieros, humanos o materiales, son limitados y deben utilizarse de manera eficiente y efectiva. Esto implica identificar los recursos disponibles, evaluar su disponibilidad y distribuirlos de manera equitativa para maximizar su impacto en la transformación social deseada. La optimización de los recursos es fundamental para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del proyecto. 

Cada paso en el proceso de planificación debe estar cuidadosamente definido y documentado. Esto incluye la identificación de las actividades específicas que se llevarán a cabo, los roles y responsabilidades de los miembros del equipo, los plazos de ejecución y los criterios de éxito. Al tener un plan detallado, se facilita la coordinación y el seguimiento del progreso del proyecto, permitiendo realizar ajustes según sea necesario para garantizar el logro de los objetivos establecidos. 

Entender esto nos sirve para sirve para poder tener muy presente que un proyecto no es un caso aislado, forma parte de una planificación (un todo) y tiene objetivos claros. No se puede dejar al azar o a la improvisación. 

Al hablar de proyectos sociales hay tres conceptos que siempre van a estar presentes, se trata de plan, programa y proyecto. Veamos en qué consiste cada uno de estos términos: 

Planificación proyectos sociales

Plan: Establece los objetivos generales, estrategias y acciones a seguir para abordar una problemática social específica. Los planes suelen tener un alcance más amplio y a largo plazo que los programas y proyectos. Se centran en la visión general y en la dirección estratégica a seguir para lograr un cambio social significativo. 

Ejemplo: Un plan de desarrollo comunitario que establece las metas y estrategias para mejorar la calidad de vida en una determinada área, abordando aspectos como la educación, la salud, la vivienda y el empleo. 

Programa: Conjunto de actividades coordinadas y relacionadas entre sí, diseñadas para lograr un conjunto específico de objetivos dentro de una problemática social más amplia. Los programas son más específicos que los planes y pueden abordar una serie de problemas relacionados. Suelen tener una duración más prolongada que los proyectos individuales y pueden estar compuestos por varios proyectos. 

Ejemplo: Un programa de prevención del VIH/SIDA que incluye actividades de educación, pruebas de detección, distribución de condones y apoyo emocional para personas afectadas. 

Proyecto: Es un esfuerzo temporal destinado a crear un producto, servicio o resultado único que contribuya a la solución de un problema social específico. Los proyectos son más concretos y delimitados en términos de alcance, tiempo y recursos que los planes y programas. Tienen objetivos definidos, entregables y un cronograma claro. 

 

Antes de poner fin a esta entrada de blog queremos darte unos últimos consejos para poner en práctica la innovación 

La innovación implica formular las preguntas correctas, establecer consensos, generar múltiples ideas y seleccionar las mejores. Para integrar estos elementos en tu organización, te animamos a que pongas en práctica las siguientes recomendaciones. 

Examina qué hacen otras áreas de tu entidad, otras organizaciones en tu entorno y distintos sectores. Estudiar cómo trabajan otros centros y entidades te permitirá conocer diferentes prácticas y decidir cuáles adoptar. Copiar y adaptar soluciones exitosas de otras organizaciones es una estrategia válida y efectiva. 

Colabora con otras administraciones y entidades sociales. La interacción con diferentes perspectivas puede generar nuevas oportunidades e ideas. 

Introduce nuevos procedimientos, herramientas o sistemas de comunicación interna para mejorar los resultados de tus proyectos. 

Implementa programas que han tenido éxito en otros municipios y adáptalos a tu contexto local. La innovación no siempre implica crear algo nuevo, sino también mejorar y expandir lo que ya funciona. 

 

Si quieres aprender paso a paso cómo diseñar proyectos sociales te animamos a que des un paso más allá en tu carrera profesional y te matricules en el curso Universitario de Especialización en Diseño, Gestión y Evaluación de Proyectos Sociales

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